2 feb 2011

Una gran escultura!!



Quisiera comparar a Dios con un gran escultor. Dios siempre nos está moldeando como una gran escultura, que no tendrá comparación con el “David” de Miguel Ángel. Pero, para poder lograrlo, se tienen que dar una serie de factores primero.
Básicamente, los escultores usan dos técnicas: la soldadura, que va añadiendo material, y el cavado, que va quitando lo innecesario. En esta última técnica, el escultor toma un pedazo de madera o piedra, y va quitando lo innecesario, según la imagen que va creando en su mente. Pero con la soldadura, el escultor va agregando barro u otros materiales, para formar la imagen deseada. Dios utiliza las dos técnicas, para quitar el pecado en nosotros, y añadir aquello que nos falta para alcanzar la imagen de Jesucristo.
La técnica del cavado nos causa dolor. La punta filosa del cuchillo raspa en nosotros todas nuestras pasiones carnales, nuestra obstinación, y todo aquello que le estorba. Justamente el instrumento que Dios utiliza como escultor para quitar el egoísmo de nosotros, es el desánimo. A veces, Él no permite que las cosas salgan como nosotros deseamos para que podamos ser más semejantes a Cristo. Cuando Dios clava con su martillo el desánimo en lo profundo de nuestro ser, rompe nuestro egoísmo, para de esta formas acercarnos cada día más a la gran obra de arte.
Dios nos creó como una nueva imagen semejante a Cristo llenando los huecos, suavizando las asperezas, soldando las partes rotas. El Espíritu Santo de Dios obra dentro de nosotros y cambia nuestro carácter.



Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.
2Corintios 3:17-18

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