4 feb 2011

La madurez requiere tiempo!!


No hay atajos hacia la madurez.
Se requieren años para que lleguemos a ser adultos y se requiere toda una estación para que la fruta madure y esté lista. Lo mismo es verdad del fruto del Espíritu. El desarrollo de un carácter semejante al de Cristo no puede ser apresurado. El crecimiento espiritual, como el crecimiento físico, requiere tiempo.
Cuando trata de madurar una fruta rápidamente, pierde su sabor. En los Estados Unidos, los tomates usualmente se recogen verdes para que no se magullen cuando son transportados a los mercados. Después, antes de ser vendidos, estos tomates verdes son rociados con dióxido de carbono para hacerlos rojos instantáneamente. Los tomates rociados con el gas son comestibles pero no se comparan en nada al sabor de un tomate que maduró en la rama porque se le dejó que madurara lentamente.
Mientras que a nosotros nos preocupa qué tan rápido crecemos, a Dios le interesa qué tan fuerte crecemos. Dios ve nuestras vidas desde y para la eternidad, y por tanto nunca tiene prisa.
En el instante en que se abre a Cristo, Dios obtiene una "zona libre" en su vida. Usted puede pensar que le ha entregado toda su vida a El, pero la verdad es que hay mucho de su vida de lo cual ni siquiera está consciente. Sólo puede darle a Dios tanto de usted como hasta donde usted lo entiende en ese momento. Y eso está bien. Una vez que a Cristo le es dada una zona libre, El comienza la campaña de tomar control de más y más territorio hasta que su vida entera es totalmente de El. Habrán luchas y batallas pero el resultado final nunca estará en duda. Dios ha prometido que "el que comenzó una buena obra en ustedes la llevará a cabo hasta completarla."
El discipulado es el proceso de conformarse a Cristo. La Biblia dice, "Arribamos a la madurez genuina, a esa medida de desarrollo por la cual se quiere decir 'la plenitud de Cristo. '" semejante a Cristo es eventualmente su destino pero su jornada durará toda una vida.
Hasta este punto hemos visto que esta jornada consiste en creer (por medio de la adoración), conectarse (por medio de la comunión) y cambiar (por medio del discipulado). Dios quiere que usted se haga cada día un poco más semejante a El: "Han comenzado a vivir la nueva vida, en la cual están siendo hechos nuevos y se están haciendo semejantes al que los hizo."
En la actualidad estamos obsesionados con la velocidad pero Dios está más interesado en que seamos fuertes y estables que en que seamos vertiginosos. Queremos el remedio al instante, queremos tomar el atajo y queremos la solución instantánea. Queremos un sermón, un seminario o una experiencia que instantáneamente nos resuelva todos los problemas, nos remueva toda tentación y nos libre de todos los dolores del crecimiento. Pero la madurez genuina nunca es el resultado de una sola experiencia, no importa qué tan poderosa o conmovedora sea. El crecimiento es algo gradual.


Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra,
la perfeccionará hasta el día de Jesucristo.
Filipenses 1:6

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