Algunos nunca han ganado un premio. Ah, quizás fueron oficiales en su tropa de Niños Exploradores o encargados de los refrescos en la fiesta colegial de Navidad, pero eso es todo. Nunca han ganado mucho. Han contemplado a los grandes deportistas de este mundo llevarse los trofeos y salir con las cintas de honor. Todo lo que les ha quedado es decir «por poco» y «qué tal si».
Si te identificas con esto, apreciarás esta promesa: «Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria» (1 Pedro 5:4).
Tu día se acerca. Lo que el mundo ha pasado por alto, tu Padre lo ha recordado, y más pronto de lo que puedes imaginar, recibirás su bendición.
He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona
Apocalipsis 3:1
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