Los salmos nos enseñan mucho acerca de la adoración a Dios. En Salmos 98:1, David escribió: “Cantad a Jehová cántico nuevo, porque ha hecho maravillas”. Usted puede adorar a Dios con las palabras del rey David en la Biblia, o puede expresar su amor por el Señor con un “cántico nuevo” que sale de su corazón.
Un nuevo canto puede pregonar palabras de adoración, alabanza y agradecimiento que fluyen de lo más profundo de su ser mientras piensa en Dios. Fuimos creados para adorar a Dios porque Él es: Rey de toda la tierra, nuestro Creador, nuestro Salvador, nuestro Todo en todo.
Ríndale culto, adórale y bendígalo; dígale como lo ve usted a Él. Alábale desde el fondo de su corazón con palabras como éstas:
Señor, Tú eres poderoso, grande, maravilloso, omnipotente, incomparable. Tú eres Dios por sobre todas las personas y por sobre todas las cosas. Tú eres misericordioso y asombroso. Tú eres mi Consolador. Tú eres perfecto. Tú eres permanente. Tú eres eterno. Tú estás por sobre todas las cosas y en todas las cosas. Todo recibe su significado en Ti, Señor. Tú eres poderoso. No hay nada fuera de Ti; nadie se compara contigo. Tú sólo eres Dios. Tú eres el único y sabio Dios: nadie es tan sabio como Tú. Tú tienes todo conocimiento: Tú lo sabes todo de mí y de lo demás. Tú entiendes las cosas que nosotros no entendemos. Tú eres todo y a través de todo. No hay nadie como Tú.
No hay nadie como nuestro Dios; no hay palabras adecuadas para describir Su impresionante magnificencia y Su amor por nosotros. Durante miles de años, hombres y mujeres de Dios han compuesto cánticos de adoración para Él. ¡Cante un nuevo cántico para Él hoy!
Oración: Padre, no hay nadie como Tú. Tú eres el único que merece toda la alabanza. Muéstrame cómo expresar mi corazón de amor hacia Ti.
Venid, adoremos y postrémonos;
Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.
Porque él es nuestro Dios;
Nosotros el pueblo de su prado, y ovejas de su mano.
Salmos 95:6-7
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