Se ha dicho que el ojo es la puerta de la mente. Por medio de nuestros ojos alimentamos la mente con miles, e incluso millones, de imágenes visuales todos los días. Miramos películas, tal vez muchos canales de televisión, navegamos por la Internet, o leemos algo en los vastos medios de comunicación impresa. Está todo ahí, esperando llenar nuestras mentes de imágenes de cosas buenas y malas, locales y mundiales, obvias y subconscientes.
Sin embargo, Dios nos ha llamado a poner la mira «en las cosas de arriba, no en las de la tierra» (Colosenses 3:2). Entonces, ¿cómo llenamos nuestra mente de cosas buenas en vez de malas? Las palabras de un viejo himno nos pueden ayudar. Palmer Hartsough escribió: «Estoy decidido a no dejarme encantar por el deleite del mundo; las cosas que han fascinado mi visión son las más nobles y elevadas.»
¿Qué ha fascinado tu visión? ¿Las imágenes de violencia y sexualidad que ves en la televisión todas las noches? ¿La pornografía que hay en la Internet? ¿Estás atrapado en romances sucios o en cuentos sangrientos de asesinos poseídos por demonios? ¿Estás obsesionado con imágenes de autos caros, las últimas modas, los adornos de los ricos? El diablo está listo y dispuesto a llenar tu mente de pensamientos que estén lo más alejados de Dios posible. Pero Dios tiene en mente cosas mejores para ti.
Leer su Palabra es una manera maravillosa de llenar tu mente de cosas piadosas. Escuchar música cristiana es otra. También hay muchos libros escritos por hombres y mujeres piadosas, biografía y ficción, poesía y prosa.
Dios te ha mandado a poner la mira «en las cosas de arriba». Así que deshazte de esas imágenes visuales que te arruinan la mente. Pídele a Dios que te ayude a pensar solamente en aquellas cosas que son «más nobles y elevadas».
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Colosenses 3:2
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