Un agricultor encontró una pájara madre que se apresuraba en construir un nido. Desafortunadamente, el lugar que ella había elegido para criar a sus polluelos era muy peligroso, porque tiempo atrás habían cortado las ramas de un árbol muerto y las habían amontonado allí. Así que, preocupado, el labrador destruyó el nido ya terminado por la pájara. Entonces ésta volvió a construir el nido en el mismo lugar, y el hombre lo volvió a destruir. Al tercer día, el ave por fin comenzó nuevamente a construir, pero, en unas ramas muy fuertes cerca a la puerta de la cocina de la casa del agricultor. Esto tranquilizó al hombre.
A veces experimentamos fracasos inesperados en nuestros planes. Nos preguntamos por qué destruye Dios el hogar que nosotros construimos con mucho esfuerzo y trabajo. Pero Dios observa todas las cosas del universo en forma global e integral. Dios tiene un plan mayor que el que nosotros tenemos, satisface nuestras necesidades y nos busca un lugar más seguro para nosotros. Esta fue la forma como Dios guió al pueblo de Israel desde Egipto, pasó por el desierto hasta llegar a la “tierra prometida”. Dios conoce qué lugares son peligrosos, y cuáles son los más seguros para nosotros. Cuando nos sentimos inseguros, cuando estamos pasando por caminos peligrosos en la vida, no desconfiemos de la sabiduría y la bondad de Dios. ¡Confiemos en Él de todo corazón!
El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte,
luz resplandeció sobre ellos. Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría.
Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega,
como se gozan cuando reparten despojos.
Isaías 9:2-3
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