18 feb 2011

¡Haz un alto!



Los que aconsejan a los que sufren de depresión clínica a menudo le sugieren a sus pacientes el método de hacer un alto. Está compuesto de cuatro ideas básicas: Hambriento, enojado, solo, cansado
Cualquiera de estas condiciones en exceso puede resultar en una sobrecarga de estrés y conducirnos a una espiral descendente que al final cae en una forma de depresión. Cuando se presentan dos o más de estas condiciones, la caída es mucho más rápida y dolorosa. Y si se presentan las cuatro condiciones como un patrón continuo en la vida de una persona, la depresión de ese individuo no solo será más profunda, sino que la vida misma puede estar en peligro.
Para complicar el problema, el hambre, el enojo, la soledad y el agotamiento tienden a amontonarse juntos. Si estás muy cansado, es más fácil que te enojes. Si perdiste una comida, es probable que te canses con más rapidez, y así sucesivamente.
Por tanto, en cualquier momento que te sientas muy hambriento, muy enojado, muy solo o muy cansado… es hora de hacer un alto y tomar acciones correctivas de inmediato. Como algo saludable. Libera tu enojo en oración, haz ejercicios o un acto de reconciliación. Llama a un amigo y ábrele tu corazón. Toma una siesta o vete temprano a la cama.
“¡Es hora de parar!” y “ya es bastante” son frases bien conocidas que necesitamos aplicar a diario. No descuides tu nutrición personal. Duerme lo suficiente. Equilibra tu vida con amistades. Vive en paz con los que te rodean.
Al prepararte para terminar tu día de trabajo, es de suma importancia que recuerdes “hacer un alto”. No te excedas en el celo por el trabajo, aun cuando tengas que trabajar horas extras. Evita meterte en una crisis procurando alimentarse bien, vivir calmado, estar en contacto con los amigos y renovarte

Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús,
el autor y consumador de la fe.
Hebreos 12:1

0 comentarios: