¡No creo!

“Caminar Jesús sobre el agua, resucitar personas y sanar enfermos sin medicina son cosas que no pudieron haber pasado. Los milagros no son posibles”. ¿Alguna vez has escuchado una objeción como esa a tu fe cristiana? Consideremos por qué los cristianos están justificados al sostener una cosmovisión sobrenatural.
La Biblia nos dice que la naturaleza da evidencia diaria de un Creador potente e inteligente. La gente ignora o se aleja de esta verdad, y por eso Dios les permite la libertad de adorar y servir a un sustituto en vez de a Él (Romanos 1:18-25). Algunos científicos han concluido incorrectamente que las leyes de la naturaleza son absolutamente inflexibles, y que no puede haber excepciones en la historia.
El cristiano también reconoce que la ley natural opera coherentemente como regla general. Pero además cree que las leyes de la naturaleza deben su existencia a un Creador que tiene la libertad de obrar recíprocamente con ellas (Génesis 1:1). Cuando Dios hace esto…¡ocurre un milagro.
En su libro Miracles[Milagros], C. S. Lewis nos dice que un milagro es la introducción de energía sobrenatural que altera la ley natural. Señala que los milagros son acontecimientos poco comunes, lo cual aumenta con frecuencia cuando Dios quiere hacer hincapié en algo. Esto explica por qué había tantas «señales y maravillas» durante el ministerio de nuestro Señor Jesús en la tierra. Los milagros fueron dados como credenciales para revelar a Jesús como el Mesías (Juan10:37-38).
Lewis también ve una singularidad en el «estilo» de los milagros de Jesús. Todos los años, Dios usa la ley natural para transformar el agua en vino por medio de la fermentación de las uvas. Sin embargo, en una boda en Cana de Galilea vemos a Dios en la persona de Jesucristo «saltarse un paso». Por medio de un poder milagroso, Jesús convierte el agua directamente en vino sin la necesidad de una vid.
Como Señor de la creación, sus milagros tienen un paralelo en la ley natural porque Él las creó. Tienen la firma sobrenatural del Arquitecto original.



Jesús le dijo: Si puedes creer, al que cree todo le es posible.
Marcos 9:13